Daga
roja, amante rezagado
Grito
de auxilio, ser exiliado a manos propias
Hedor
a muerte, alma podrida, veneno en su boca
Gritos
ahogados, susurros callados, silencio.
Enamorado
de su cómoda decadencia
Danza
la nostalgia sobre su pálido castillo
Se
disuelve en paredes de cristal amargo
Desfila
el tiempo, nada más que su reflejo importa
¡Sangre!
¡Sangre! ¡Sangre!
Daga
roja, grito de auxilio
Amante
inconstante
No
sé si salvarte o hundirte por siempre
Aletargado
por la luz de espinas doradas
No
temas, evocas el sentir de piedad deliciosa
Daga
roja, ser exiliado
Te
ahogo con latidos desde el otro cielo
Me
pregunto si estarás, esta vez
Rozando
universos, destellos de azúcar
Intangible,
inmutable duda de alcohol
Desfila
el tiempo, nada más que mi reflejo importa