Una marioneta encuentra elegancia en la miseria,
En copas rotas y muñecas suturadas
Con ojos despistados y labios abotonados.
Sus pasos ligeros, certeros,
Advierten un escape de la realidad
Toma entre sus manos
A la intrigante criatura invernal.
El violeta se sume en sus pensamientos,
La quimera sideral que los rodea
Distorsiona el transcurrir del tiempo.
Un reflejo de pasión corre por una lágrima perdida,
Ambos se consumen en el ardor del fuego,
La llama se alimenta de sus heridas
Se vuelven uno con el viento.
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