Mantiene una pose de damisela
mientras se encuentra a la espera
de que algo interesante pase;
pero si mucho se tardase,
la niña se desespera.
Inquieta, revisa la nevera,
Vacía, por supuesto,
Como el resto de la casa,
desde la escalera hasta la terraza.
La mansión no es nada,
Mejor es una canción, una tonada;
Pues el silencio hace las horas pesadas
Y sus mejillas siguen rosadas
No puede jugar a la muerta mucho tiempo.
Todos se preguntan, ¿Qué hace ahí congelada?
¿Por qué toma el vino sola frente a la ventana?
Encerrada en el templo, por siempre olvidada.
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