Luces, colores, sensaciones,
El delirio llega con la noche.
Entre el susurro de la ciudad
Siento un sabor a caramelo,
Placer místico e irreal,
Vuelvo a creer en los sueños
De la luna, del viento, del cielo.
Se funde mi curiosidad
Con la inocencia de un niño
Que divaga en un jardín,
Un dios jugando al azar.
La intuición y el misterio
Lo impulsan a seguir
Entre hojas de otoño
Yace un clavel somnoliento
Que disfruta de la brisa
Un día tibio de agosto.
09/08/13
María de los Ángeles Rubio
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