La
mística se sentía en el aire,
La
luz de la luna iluminaba el parque de árboles muertos.
Mis
sentidos se agudizan por la noche,
Puedo
sentir el aire tóxico recorriendo mis pulmones.
Ella
se acercó a mí con mirada violeta,
Descendió
de las más oscuras sombras,
Pero
yo sabía que flotaba.
Ella
flotaba…
Supe
su nombre
Con
sólo sentir su esencia,
Era
mágico,
Mágico
y sideral,
Ella
me elevaba…
Se
acercó lentamente,
Nunca
nadie se me había acercado,
No
era una alucinación,
Yo
no estaba durmiendo,
¡Aquello
era real!
Recorrió
mi cuerpo con sus manos
Sin
decir una palabra,
Sucumbí
ante sus encantos,
Ante
su cuerpo,
Ante
su olor,
Su
maldito olor…
La
fuerza con que me levantó del suelo
Era
sobrehumana,
Mis
piernas temblaban,
Mi
cuerpo levitaba
Pero
la ligereza de sus pasos,
De
sus besos,
Sus
caricias,
No
la pude detener.
Mi
garganta estaba seca,
No
podía reaccionar,
Quería
hablarle,
Quería
alejarme,
No
pude siquiera musitar.
Se
hizo más densa mi respiración,
Mi
cuerpo temblaba,
El
aire se acaba,
Sentí
el vacío en mis pulmones,
En
mi estómago,
En
todo mi ser.
Su
mirada cambió,
Sentí
su cólera,
Me
atravesaba el alma como una daga,
Mi
alma…
Antes
de esta noche yo no sabía que tenía alma…
Un
grito estremecedor llegó a mis oídos,
Pensé
que eran juegos de mi mente
Pues
sus labios no se movían…
Caí
al suelo,
Sentí
un ardor,
Miré
a mi alrededor,
Vi
sangre,
Sangre
por todo mi cuerpo,
Mis
sentidos se desvanecen poco a poco,
Ella
disfruta del acto mortal,
Se
baña en mi sangre,
Ríe
histéricamente,
Mi
cuerpo no responde,
Me
mordió…
¡La
hija de bruja me mordió!
María
de los Ángeles Rubio
30/08/13
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