sábado, 31 de agosto de 2013

Retrato abismal


Contempla el horizonte, dime lo que ves
Un sórdido y fúnebre paisaje de hojas secas cayendo,
Abandonadas, pasando de largo bajo tus pies,
Rodando con el viento, queriendo volver…

Tu recuerdo de mí se desvanece
Desaparece como si fuera sólo aire
Soy brisa transformada en aflicción,
Viento distorsionado que grita por atención

También soy aquel árbol viejo y torcido
Sin brillo, sin resplandor, un frío tormento
Tronco siniestro, tan trágico como hermoso,
Encarnación del dolor y arrepentimiento

Flor marchita que conserva sus espinas,
Con tan sólo una caricia se desmorona
Frágiles pétalos, consumidos por el tiempo
Su disfraz y falsa inocencia te traicionan

Frutos podridos que alguna vez fueron dulces,
Ya no queda ni la sombra de lo que solían ser
Su hedor es como el asco y la agonía,
La ira del pasado que lamenta su nacer

Soy el cuervo negro que presencia el acto final
Vislumbro tu partida, tu brusco despertar
Lo que ves aquí no es más que tu reflejo
Quema tu pintura, tu retrato abismal



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