Perdido en mi
ser me encuentro una vez más, inmerso en los recuerdos. Sin darle importancia a
lo que pueda suceder me sumerjo en un mundo utópico, surrealista.
Los colores son
más intensos, la materia se disuelve en el aire, las gotas de agua emergen de
la tierra rodeadas con aros de fuego, el verde se torna violeta y las rosas se
derriten con la brisa.
Ahora me dejo
flotar, o caer contra el viento, siento la gravedad, siento el peso en mi
pecho. Me doy cuenta de que soy cada vez más ligero; tal como la materia, me
desvanezco en el tiempo.
Mi cuerpo deja
de sentir, dejo de ser por un momento, cierro los ojos, ya no existo.
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