La noche se apodera de mis sentidos
La luna alumbra la tinta derramada
Mis ojos pronto se pierden en el
vacío
Sólo escucho a las estrellas
quebradas.
Los árboles y yo somos los testigos
De los llantos que brotan de las
montañas
Lo único que resta es huir del frío,
Melodía taciturna de las hadas.
22/01/2013
María de
los Ángeles Rubio
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